Todo está relacionado. La desaparición de una especie o el incremento de una sustancia tiene inevitables consecuencias en el equilibrio de un ecosistema. La disminución del número de salmones incide en la población de osos, la proliferación de vertederos repercute en los hábitos nutritivos de las gaviotas y la utilización de sprays afecta a la capa de ozono. Estas profundas y a veces imprevisibles conexiones vienen a demostrar hasta qué punto todos los seres vivos somos interdependientes. Pero no sólo la naturaleza pervive y evoluciona en función de una tupida red de correspondencias [….]

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